Resumen
El juego y la lúdica tienen un potencial como generadores de referentes identitarios, de solidaridades y cambios profundos en las personas. Las actividades propuestas en las experiencias de trabajo significaron un disparador para la apertura de ideas, partiendo de experiencias propias y del conocimiento de los participantes y generando posibilidades, rupturas y nuevos escenarios, mostrando semejanzas con operaciones liberadoras en espacios y tiempos determinados, semejantes a los planteados en las Zonas Temporalmente Autónomas (TAZ), así como a los procesos de construcción, deconstrucción o reconstrucción de territorios, conformando sinergias en donde el juego puede ser el vehículo generador de espacios de esperanza.