La economía del grupo doméstico: Determinante de muerte materna entre mujeres indígenas de Chiapas, México

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María del Carmen Herrera Torres 1, Jorge Luis Cruz Burguete 2,
Gabriela Patricia Robledo Hernández 3 y Guillermo Montoya Gómez 2

RESUMEN

Objetivo. Evaluar la situación económica y las relaciones de género en cuanto factores determinantes de muerte materna en la subregión de Patwitz, en Chiapas, México. Métodos. Se realizó un estudio cuantitativo y cualitativo mediante la aplicación de una encuesta a 158 familias, entrevistas a profundidad a personas vinculadas con los casos de muerte materna y a líderes sociales de la región, así como grupos focales con parteras.

Resultados. La toma de decisiones respecto a la salud de la mujer en el seno de la familia constituye un problema crítico por cuanto depende exclusivamente del esposo y los familiares de este. Cuando el embarazo o el parto conllevan algún riesgo, tal situación introduce restricciones en la elección de opciones de atención fuera de la comunidad, de modo que 48,7% de los casos obstétricos son atendidos por parteras, 45,3% por familiares y 6% por la pareja. El problema se agrava por la alta marginación y el muy bajo índice de desarrollo humano que caracterizan a la región estudiada, por la falta de acceso de las mujeres a la posesión de bienes, incluida la herencia de la tierra, y por el hecho de que 97,7% de ellas hablan solamente lenguas indígenas.

Conclusiones. Las inequidades por razones de género en las familias indígenas, aunadas a una economía que no cubre las necesidades básicas, son factores que contribuyen a que las mujeres no reciban atención en el proceso reproductivo. Debido al bajo nivel socioeconómico, las decisiones que se toman en torno a la atención del embarazo, el parto y el puerperio tienen un alto costo en la salud y en la vida de las mujeres.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que cada cinco minutos muere una mujer por complicaciones del embarazo, parto, puerperio o aborto, y que muchas que sobreviven pueden padecer secuelas por el resto de su vida, particularmente en los países pobres. Los acuerdos internacionales que han integrado a sus objetivos la reducción de las muertes maternas como el de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD) en 1994 y el de la Conferencia Internacional de la Mujer en 1995, no han tenido una aplicación coherente en México, en Chiapas en particular, y están amenazados por la falta de políticas públicas encaminadas a corregir las desigualdades.Según los datos del informe de gobierno correspondiente al año 2000, los presupuestos estatales destinados a los programas de salud de la mujer fueron del orden de 0,003% del total y para el año 2001 el incremento fue mínimo, a 0,11%; es decir, el presupuesto designado para la salud de la mujer se ha hecho visible, pero no sustancial. La falta de recursos públicos debilita el acceso y la calidad de los servicios en las regiones más necesitadas.

El impacto de la política pública errática se resiente más en entidades como Chiapas, donde 30,63% de la población de los 118 municipios que integran el estado tiene un índice de marginación bajo o muy bajo, mientras que la tercera parte de los municipios indígenas se clasifican en el nivel de muy alta marginación. En el decenio de 1980 el producto interno bruto (PIB) agrícola se consideró un pilar de la economía nacional de México, pero la caída vertiginosa de este sector en todo el país hizo crisis en Chiapas en 1994, con el surgimiento del movimiento armado zapatista y sus demandas de atención económica, social y cultural, que pusieron en primer plano las graves carencias de la población. En la mayor parte de los municipios de Chiapas las actividades económicas más importantes seguían siendo la agropecuaria y la silvícola, lo que incrementó la demanda de recursos en el área, en forma de subsidios para programas de apoyo al campo, en particular para el cultivo del maíz, un producto de consumo básico en los municipios marginados, seguido de algún cultivo comercial destinado a insertarse en los mercados internacionales, como es el caso del café. A pesar de que la región se considera importante productora de café, la entidad registra un bajo índice de desarrollo humano (IDH).

En este contexto, cada año ocurren 80 muertes maternas, que se concentran principalmente en los municipios más marginados de las regiones Sierra y Altos. En esta última se encuentra la subregión Patwitz, municipio de San Juan Cancuc, que fue el foco de la presente investigación. En la región Altos, más de la tercera parte de los municipios son indígenas, de muy alta marginación y con un bajo IDH. Se estima en 45% el subregistro de muertes maternas en la región Altos, lo cual significa que cada año podrían estar presentándose más de los 20 casos que se registran en promedio.

San Juan Cancuc, que fue declarado municipio libre en 1991, cumple con estos indicadores. Esta zona representa 0,21% del área de superficie estatal, con una población de 20 688 personas, de las cuales 90,04% son hablantes de la lengua indígena tseltal y más de la tercera parte son monolingües. En este municipio la mortalidad femenina excedente en el grupo de 15 a 49 años es la más alta de la región y del estado. La autora principal infiere que muchas defunciones se clasificarían como muertes maternas. Los registros del Instituto de Salud en Chiapas (ISECH) lo clasifican como área de alta prioridad por la repetición de casos de muerte durante más de cinco años. Este municipio se caracteriza por estar dividido por una montaña, que lo separa en dos subregiones con diferentes grados de desarrollo. Una es la denominada Centro Cancuc, que tiene 78,68% de la población total. En esta zona está situada la cabecera municipal, centro político administrativo, lo que contribuye a que las localidades tengan mayor acceso a los servicios básicos de abastecimiento de agua potable y luz eléctrica.

La otra es la subregión Patwitz, que concentra solo 21,32% de la población, distribuida en nueve comunidades, y está habitada por 5 462 personas, con una alta densidad demográfica y con servicios públicos deficientes. Esta pequeña franja de tierra comparte lazos culturales y sociales con el resto del municipio. Se comunica con el exterior por una carretera sin pavimentar que se dirige al municipio de Pantelhó, cabecera municipal que funciona como centro de intercambio comercial. Los ingresos de la subregión dependen básicamente de la comercialización del café; debido a la limitada capacidad para aprovechar la tierra, los cultivos de maíz y frijol (judía, poroto) resultan incosteables y poco productivos.

La elección de Patwitz como foco de la presente investigación se debió a que las características señaladas crean el entramado en que ocurre cada año más de una muerte materna por complicaciones del embarazo, parto, puerperio o aborto. No obstante el evidente exceso de mortalidad femenina, parece haber todavía un subregistro de las muertes maternas, dada la costumbre de enterrar a las muertas en las parcelas. Además de suponer algún valor tradicional, esta práctica permite soslayar implicaciones morales y sociales, lo que a menudo lleva a los familiares a falsear la causa de la muerte en su declaración a las autoridades locales.

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1 Programa de Maestría, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Toda correspondencia deberá dirigirse a María del Carmen Herrera Torres, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), Carretera Panamericana y Periférico Sur s/n., CP 29290, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Teléfono (+52) (967) 678 00 97. Correo electrónico: carmelita 630729@hotmail.com

2 El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

3 Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)—Sureste, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

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